sábado, 28 de agosto de 2010

CONOCERÁS A LA DECEPCIÓN DE TUS SUEÑOS

               La verdad es que me cuesta mucho hablar mal del señor Allen. Pero por mucho que admire su obra y me encante como personaje cultural, no soy de esos que, haga lo que haga el director de Brooklyn, lo clasifican de genialidad, porque en diversas ocasiones la cosa no pasa de ser mediocre. Y la nueva película de Allen Conocerás al hombre de tus sueños (You will meet a tall dark stranger) es, sin duda alguna, una película floja, por no decir mala.

 
 
                Podría achacar mi mala impresión de la película a que el aire acondicionado no funcionaba en la sala donde la vi (acompañado de Edu) en uno de los días más calurosos e insoportables en la capital del Turia, o a que tenía a un pelma gafapasta a mi lado que comentó la película de principio a fin y que se reía de cosas que no tenían gracia. Pero eso sería buscar excusas para no admitir que el último trabajo de Allen, como ya he dicho, deja mucho que desear. Y me duele porque el ritual de ir a ver la nueva película de Allen es una fecha marcada siempre en mi calendario.
                Sin ambages puedo afirmar que esta película se encuentra en el podio de las peores de Woody Allen, junto a bochornos como Un final made in Hollywood (2002), Todo lo demás (2003) y, por supuesto, la flojísima Vicky, Cristina, Barcelona (2008) que a mucha gente que todavía no había visto nada de Allen le pareció una buena película.


                El film trata por enésima vez uno de los temas favoritos de Woody Allen: lo oportunistas que somos las personas y la dificultad de asumir los cambios así como  la triste realidad de que no siempre alcanzamos aquello que deseamos. Sin embargo esta comedia con tintes pesimistas y negros no resulta para nada convincente. En primer lugar por la caracterización habitual de las películas de Allen (la que a muchos les ha hecho creer, erróneamente, el tópico de que Woody Allen hace siempre la misma película.) Si en otras ocasiones esa caracterización ha estado al servicio de un contenido o de una diversión, aquí queda totalmente vacía, incluyendo la flojedad de los diálogos y la falta incluso de chistes, algo que es constante en las películas de Allen y que muchas veces podía salvar en cierta medida el resultado final. Risas en la sala, las justas, y muchas veces exageradas.


Por otro lado, aunque la dirección de Allen (salvo algunas excepciones que ya he comentado en otros textos) nunca ha sido excesivamente técnica, cosa que tampoco importaba demasiado; es algo que, sin embargo, se vuelve en contra de él en esta nueva película, dada la falta absoluta de cualquier atisbo de gracia o interés en el desarrollo del film, que sólo sorprende argumentalmente con un pequeño giro que, por otro lado, se deja sin resolver. Y ese es quizá el tercer reproche que le hago al film, que es la búsqueda de una  resolución apresurada por parte de su director y la “pereza” que Allen parece demostrar últimamente hacia sus personajes y sus argumentos, cuyas historias corta de golpe sin dejarnos claro qué narices les pasará al final.


Es cierto que en esta película los desdichados finales de sus personajes pueden intuirse. Incluso se puede usar el sobado recurso de decir “es una película abierta” o “es el espectador el que ha de completar la vivencia de los personajes”. Pero aquí esa trampa no cuela. Y no cuela porque el resto de la película es sumamente floja y no creo que su final sea un ejercicio de profundidad simbólica o interpretativa. Se ve claramente que a Allen le ha dado igual, como se dice por aquí, ocho que ochenta. Y aunque, como siempre, ha hecho lo que le ha dado la gana, esta vez el tiro le ha salido por la culata y da la sensación de que es una película que quería acabar pronto porque le importaba más bien poco.


Y es algo que le pesa a la película, que parece estar hecha sin ganas. Aunque sean los mismos ambientes e historias a los que estamos acostumbrados (neurosis, problemas en las relaciones, la falsedad del amor y las parejas…) todo se queda a medio gas, en un estadio que no pasa ni de lo plano ni de lo rutinario. Hay elementos que podrían ser interesantes pero estos no acaban de despegar.

 

La reflexión es la de muchas otras comedias de Allen que escondían igualmente un contenido realmente amargo: sólo los “locos”, sólo aquellos que viven por encima de la realidad son los únicos capaces de ser felices por no ver lo dura y trágica que puede ser la vida a pie de calle. Sin embargo este mensaje, tan interesante otras veces, está mal contado. Incluso las situaciones cómicas, pocas o casi inexistentes, son impropias de Allen. Falta su mordacidad, sus chistes y su ironía oculta. Igualmente las cosas que pueden resultar divertidas, como la novia prostituta del personaje que interpreta Anthony Hopkins, son totalmente vulgares y comunes. Y la vulgaridad no viene porque el personaje sea el de una prostituta, de hecho Allen consiguió una comedia muy lograda y fuera de serie como fue Poderosa Afrodita (1995) utilizando como personaje a la adorable puta-actriz porno a la que dio vida Mira Sorvino. Pero lejos está aquella relación cómica si se compara con la situación plana y tópica que muestra Conocerás al hombre de tus sueños. Y esto es aplicable al resto de personajes y situaciones del film.


               Y ocurre igualmente con la elección de los actores. Allen es el único director que realmente puede hacer la película que le da la gana, como le da la gana y con quien le da la gana. Nadie le pone reparos, tiene un control sobre sus películas que no se cuestiona y se le permite hacer cuanto desea (blanco y negro, color, comedia, drama…) porque, dado su prestigio y su particular carrera, siempre tiene todas las puertas abiertas y nunca le faltan ayudas. De hecho esta última película cuenta con algo de financiación española. 

 

Por otro lado quizá sea esa libertad lo que hace flojear a algunas de sus películas. Sin embargo cuenta con esa absoluta ventaja y todos los actores, desde los más prestigiosos a los principiantes, se mueren por trabajar con él, sin importarles qué papel van a hacer o si su caché se rebajará notablemente para adaptarse al presupuesto. A nadie le importa. Como en otras películas de Allen vemos aquí una variopinta y excelente selección de actores que va desde los totalmente consagrados Anthony Hopkins o Antonio Banderas y otras estrellas más jóvenes como Naomi Watts, a revelaciones internacionales por un éxito determinado y reciente, como es Freida Pinto, conocida por su participación en el éxito Slumdog Millionaire (2008). 


Sin embargo la presencia de estos actores está, según mi parecer, totalmente desaprovechada. Y no porque interpreten mal sino porque sus papeles son tan simples y tan poco interesantes que hubiera dado exactamente igual que los personajes fueran interpretados por Hopkins o Banderas que por cualquier otro actor. Y es una lástima porque el elenco de actores es excelente para el resultado que ofrece la película. El único personaje  algo interesante es el de la desesperante Helena (Gemma Jones) cuya excéntrica personalidad y su confianza en el más allá arrancan las pocas carcajadas que esta película merece. 


Parece que el Alejandro que habla aquí no es el mismo que ha alabado otras tantas veces a Allen. Pero hay que ser justos y debo decir que estoy resentido con Allen por esta película. No por ser un genio (que lo es) se debe alabar y creer que todo cuanto hace es bueno, porque no es cierto y hay que ser objetivo. Porque alabar sin miramientos a Allen sería muy injusto hacia otros tantos creadores que no gozan, de antemano, con ese áurea y ese seguimiento que el de Brooklyn disfruta. Muchos argumentarán que “es que hace una película cada año” o “es que ha hecho 40 películas y no todas van a ser buenas”. Aunque estoy totalmente de acuerdo con estas afirmaciones no justifican, sin embargo, que esta película sea lo mala que es, porque nadie obliga a Allen a hacer una película por año y, si ha sido capaz de ofrecer cosas tan buenas, no entiendo a qué se debe la desafección absoluta que manifiesta en esta película de 2010. Por otro lado Allen afirma en muchas entrevistas que nunca se siente satisfecho con sus trabajos y que cuando los ve terminados suele decir ¿cómo he podido hacer esto? No quiero ni imaginar lo que habrá pensado de esta última película.
No obstante no desespero con Allen y seguiré esperando sus siguientes películas porque, al contrario que otros muchos que arden en deseos de verle caer definitivamente, no considero que Allen sea un director acabado. Y aunque sea difícil que  el  director de Brooklyn nos ofrezca otra obra maestra confío en que, entre las películas que le queden por rodar, habrá cosas más interesantes y menos bochornosas que la película de este año. Pero como lo justo es lo justo, por mucho que le adore, Conocerás al hombre de tus sueños ha sido una metedura de pata de principio a fin. Aunque quizá el propio Allen era consciente de ello durante la realización del film, ya que la historia se abre y se cierra con una frase de Shakespeare "la vida está llena de ruido y furia, que no significan nada". Algo que también se puede decir de su última película.



4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo. A veces tengo esa sensacion de que no tiene sentido hacer una pelicula por año si no tienes una historia que merezca la pena. Yo ya no se si lo hace por supersticion o que, pero tal vez deberia plantearselo.

    Como dices, esta pelicula parece hecha con el piloto automatico puesto, como quien piensa en la lista de la compra mientras echa un polvo. Historias poco absorbentes, personajes con poco fondo y final precipitado que deja, no ya el final abierto (algo que se agradece en muchos casos), sino la sensacion de que la pelicula termina por ganas de acabarla mas que por que haya llegado a su conclusion.

    Por cierto, yo seguire defendiendo Vicky Cristina Barcelona, porque pienso que tiene mas de lo que muestra en un principio. Tal vez te ciegue tu odio hacia Penelope...Te pongo un enlace con mi opinion sobre la peli a ver que te parece: http://primaveratardia.blogspot.com/2008/10/vicky-cristina-barcelona-una-morena-y_05.html

    Ah, y lo del aire acondicionado, imperdonable!! Un saludo!!

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  2. Bueno, acabo de mirar que ya comentaste en su dia sobre mi opinion sobre Vicky...pero en fin, te lo refrescas.

    Ale

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  3. jejejeje he vuelto a leer lo que escribí. Pero volví a ver "Vicky, Cristina, Barcelona" y veo que mi opinión ha empeorado mucho respecto a la que tuve al principio jejeje Bueno, todos cambiamos

    ciao!

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  4. Hm... no quisiera hablar desde la ignorancia. Yo apenas he visto cine de Woody Allen, sólo he interpretado varias de sus obras en teatro, y por desgracia no me han dejado demasiado buena impresión: me parecen repetitivas, con personajes estereotipados y temáticas que se reiteran una y otra vez, y además sus personajes femeninos son de un tonto que produce vértigo. Pero quién sabe, quizá algún día me ponga a ver más películas y cambie mi opinión. En cualquier caso, es bueno ver que la admiración hacia algún director no te ciega. No hay nada peor en este campo que los ídolos intocables.

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